para crecer tÚ, PARA entender y educar a tu hijO en la etapa más desconcertante DE SU VIDA
Por fin tienes a tu disposición el primer curso que te ayudará a crecer a ti para entender y educar a tu hijo en la etapa más desconcertante de la vida
Eres una mujer de acción. Tu esencia es el movimiento y es lo que te motiva.
Te entusiasma conocerte. Últimamente estás trabajando mucho en ti, en descubrirte y entenderte. Sin embargo, no conectas como te gustaría con tu hijo adolescente.
Demasiadas cosas te tienen confundida. A veces sientes que se ha convertido en un desconocido. Y en el momento en que estamos viviendo, sin poder salir o relacionarse con sus compañeros, todavía más.
Siempre conectado a las pantallas, sin hacer nada… ¡Y tú ya no sabes cómo actuar!
No haces más que repetirle lo que no te gusta: que podría moverse más, comer mejor, esforzarse en sus tareas, tener un trato más cercano con la familia...
Crees que esta actitud le va a pasar factura en el futuro. Sin embargo, tu hijo no lo ve así. Dice que te equivocas y que eres tú quien no lo entiende.
Poco a poco se aleja más de ti, justo lo contrario de lo que querías
Eso te frustra, te entristece y te da rabia. Quizás, también un poco de miedo.
El tema del móvil es algo que te desespera. No te gusta que le dedique tanto tiempo, pero entiendes que hoy en día es su forma de comunicarse y su herramienta de trabajo. Conclusión: ¡Ya no sabes ni cómo actuar!
Al principio pensabas que el confinamiento sería unos días, pero ahora ya es una nueva realidad.
¡Lo que faltaba! Si ya era difícil educar adolescentes, ahora el resto es aún mayor.
¡Lo que nos faltaba! Si ya era difícil educar adolescentes, ahora... más todavía
"Ya sé que no te gusto" te dice. Y se cierra aún más.
"¡Déjame en paz, solo sabes reñirme y criticarme!".
Entonces gritas. Explotas. Y después, te sientes mal.
Quieres que sea como tú, que siga tus consejos para que no se equivoque.
Te gustaría hacer cosas juntos, pero no acepta ninguna de tus propuestas y ya no te deja que lo abraces, ni siquiera que le beses.
Supones que el hecho de estar en casa todos juntos os pone nerviosos. La energía se condensa y surgen las exigencias. Hay pocos momentos de reconocimiento positivo y muchos de críticas.
Consideras que tiene de todo, que hace lo que le da la gana... No entiendes qué está pasando.
Definitivamente, esta edad te toca la fibra.
Ahora entiendes mejor a tus padres cuando tú eras la adolescente. Aunque no eres capaz de recordar todo, no olvidas las broncas de aquella etapa. ¡Y no quieres que tu hijo se lleve ese recuerdo de ti!
La historia no tiene por qué repetirse. Tú puedes vivir la adolescencia de tus hijos de una manera mucho más positiva.
Si has llegado hasta aquí, te has sentido identificada y quieres soluciones...
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