¿Te ha pasado alguna vez que en un momento tu adolescente hace algo que te enciende?
Entras totalmente en la emoción de la ira, necesitas decirle de todo, puesto que tienes la razón y encima ¡es por su bien!
Sabes que no te va a hacer caso, pero no tienes más estrategias. AQUÍ VAS A OBTENERLAS.
Lo que aprenderás
Los adolescentes viven en una montaña rusa emocional que en ocasiones se convierte en una relación agotadora para ti:
Pueden pasan de la alegría a la tristeza pasando por la rabia y muchas emociones más en un corto período de tiempo y eso, te desconcierta.
Que sean felices, que hagan lo que tiene que hacer, que sea responsable y consecuente es lo que tú desearías y a veces no puedes hacerlo de otra forma: "Tienes que decirle lo que piensas, lo que no está haciendo bien, sabes que tienes razón y... ESTALLAS"
Sabes que no es la forma y aquí aprenderás a gestionar TUS PROPIAS EMOCIONES y entenderás por qué tu adolescente se opone a todo lo que tú propones.
En esta práctica Masterclass de 120 minutos aproximadamente, aprenderás de manera clara y práctica:
* ¿Por qué? Y ¿Para qué? Tu adolescente se opone tanto a lo que tú le dices.
* Cómo identificar tus propias emociones
* Cómo gestionarlas para no explotar (y no contenerlas)
* Herramientas para que puedas llevar a la práctica para que te conozca y puedas aplicarlas en tu día a día.
Para quién es
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Madres con hijos adolescentes que creen que hay formas diferentes de motivar a su hij@ adolescente. Sin gritos ni reproches.
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Madres con hijos pre-adolescentes que saben que es "mejor prevenir que curar", y quieren sentar las bases para una adolescencia más tranquila.
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Madres con hijos mayores de edad que sienten que les faltan estrategias para que sean independientes.
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Madres que tienen buena comunicación con sus hij@s adolescentes o pre-adolescentes.
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Profesionales del mundo de la educación que trabajan con adolescentes.
Requisitos
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Entender que la educación de tu hijo adolescente pasa por tu propio crecimiento personal.
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Tener ganas de desaprender para aprender de nuevo.
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¡Saber que todo es posible!
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Ser capaz de ver la adolescencia como una etapa retadora, pero no difícil.
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Ganas de aprender, crecer y aportar.